Hoy en las historias que nos ofrecen los protagonistas de ANAGOLF, daremos a conocer el caso de Sergio Serrano, un jugador que arrancó en este deporte por vacilón como el mismo reconoce, sin imaginarse que se convertiría en una sana pasión.

“Un amigo me llevó a Monterán, empezábamos a jugar por molestar, pero seis meses después me metí de lleno en el deporte, sin darme cuenta y me enganché. Como dice “me picó la culebra” y ahora no salgo del campo.

Serrano, quién tiene cinco años de jugar, comenzó a practicar mucho en campo corto, en el par 3 de Monterán, luego se animó a salir al campo grande y se llevó una gran sorpresa.

“Después de un año de jugar, agarré confianza, fui al campo grande y ahí uno se enamora más del golf, por el paisaje, por la dificultad por todo” indicó a este jugador de 50 años de edad.

Ya con más recorrido, Sergio manifestó uno de los puntos más importantes que todo golfista debe de tener claro.

“Este deporte tiene una particularidad, en el golf todo tiene importancia: la salida, los hierros, el juego corto, pero sobre todo lo mental y como dice el dicho “el que se enoja pierde”, entonces hay que tener mucha tranquilidad” finalizó Serrano.